martes, 7 de septiembre de 2010

Carroña

Esteban tenia miles de licores de antaño.  Miles de historias con aliento a alchol para contarte. Algunas se perdian y otros se confundian con otros relatos. Pero los relatos tenian la particularidad
cuasi matemática de que a cada uno de ellos les pertenecia un trago, un sabor y un olor.
 la verdad no era en esas tardes  objeto de debate. Los Licores, por otro lado,
tenían la propiedad metafísica de no terminarse nunca. Un sorbo y el relato continuaba, otro sorbo,
esteban a veces descansaba tranquilo.
Abandone su casa , carente de algo , como si me hubiera olvidado algo ahí. Pasaban los días y depronto
todo  parecia recrearse nuevamente y si bien las cosas se ordenaban de acuerdo a un desorden naturalmente
típico, parecia que alguien más estaba inmerso en mi. Meditaba, meditaba en frente del lago, para conseguir
que el agua que fluye me llevara con ella. A veces con buenos resultados. Sin embargo , aunque yo era arrastrado
por la corriente insignificante, algo  impropio de mi seguia en mi caparazón. Pense en Esteban, en recuperar lo que deje
en sacarme lo que me meti. Pensaba en el  como una especie de exorcista de la conciencia en sí. Mientras tanto, yo me
encargaba de llamar a todos los demonios para encerrarlo en un frasco junto con las moscas.
Entrado el día sabado, le alcanze el frasco. Me sonrio. Queria explicarme antes de que entendiera por mi cuenta. Pero solo
habia licores , no formulas mágicas. Caia la tarde del sabado, danzamos entre las sombras, escondiendonos , renegando de la sangre
que juntos habiamos vertido sobre la alfombra. Tomo mi mano. Creia estar entendiendolo, por eso no lo deje decir nada, ese fue el primero
de un par de errores necesarios. De a poco queria lo mismo que tenia él, al punto de que su pensamiento formal me parecia totalmente predesible
y eso me otorgaba cierta ventaja. La única fuente de poder inexplicable eran los licores. Pero ahora tenia con que, me decia a mi misma mientras
miraba , tocaba y jugaba con mis pezones. Sabía yo porque estaba ahí ,me fijaba objetivos realizables. Esteban por el contrario
dudaba de su propia existencia, por lo que todo tipo de moral era insignificante y todo se reducia a la duda en si. Porqué un ser que parecia tan
insgnificante contenia lo que era para mi en ese entonces el mayor de los secretos?
Lo siguiente sucedio con una extraña calma producto de la rapidez con la que transcurren los días. Me acorde del frasco de moscas con demonios dentro,
lo habiamos dejadado en el rincón donde las sombras acariaban a las arañas. Algo me llamaba a recojer lo que me pertenecia. Cuando le pregunte por el jarro
me sonrio y luego bebio un sorbo de otro licor. Cada vez que sonaba una palabra de la boca, una parte de mi cuerpo le pertenecia o al menos eso
creia yo, o al menos eso hubiera preferido. Siguió con su historia , que ya no era su historia, porque ahora era mi historia. cuando termino, las lagrimas
recorrieron las grietas de mi joven grietas de mi joven  rostro  que ahora parecia cargar todo el peso del universo. Los demonios se mezclaron
con las moscas que se pudrieron, e hicieron que las tripas de estas tengan un sabor particular. Las lagrimas de silencio llenaron el resto y las sombras
cuando llegaba la noche y debian retirarse se encargaron de revisar el proceso milimetricamente.
Ahora estaba yo , con mi licor, con una especie de condena que me obligaba a fabricar falsas iluciones a chupar almas para vertirlas en pocimas. Talvez,
si cumplia con un determinado objetivo, podia canjearo al diablo mi alma por unas cuantas otras. Pero daba igual , el mundo siempre se movio de esa forma
sujetado por telarañas que aguantan el peso de condenas pasadas y gritos que vagan por las noches.
Pensaba en abrir algun día todas mis puertas, para así , volver a mostrar mis cicatrizes, como trofeos fabricados en base de pequeños secretos.

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